Los clientes de la banca comercial no han dejado de pagar sus deudas, pese a la crisis económica que se profundizó con la pandemia. Los programas de apoyo para los deudores de la banca, las reservas preventivas que crearon las instituciones y la continuidad de pago de los clientes ha contribuido a que la morosidad no se dispare como en otras crisis. Por ejemplo, con información de la CNBV, al cierre de 2020, la morosidad sobre la cartera total fue de 2.33 por ciento y la ajustada de 4.46 por ciento, cuando en la crisis 2008 estos dos indicadores se ubicaron en 2.67 y 5.87 por ciento, de manera respectiva. La diferencia entre los impagos de cada crisis es más notoria en los créditos al consumo, pues en 2020 la morosidad sobre la cartera total fue de 4.95 por ciento y la ajustada de 13.27 por ciento, mientras que en 2008 fueron de 7.89 y 19.16 por ciento.
FUENTE: REFORMA