El final del verano ha truncado el despertar de la economía española, atenazada por el auge de nuevos rebrotes de coronavirus y la incertidumbre sobre el futuro laboral y económico de millones de familias. Los primeros testigos de esta parálisis son los bancos. Tras la borrachera de financiación concedida a grandes empresas y pymes durante la pasada primavera con cargo a las líneas ICO, las entidades constatan ahora una caída de la demanda de crédito y un aumento récord de los depósitos de los hogares. “Los depósitos crecen y crecen mes tras mes porque hay mucho ahorro y la demanda de dinero es débil. No prevemos que haya actividad a título próximo porque no hay planes de inversión y la economía está paralizada”, lamentaba el consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, este miércoles.
FUENTE: MILENIO DIARIO